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Aunque el país continúa acogiendo a personas refugiadas rohinyás que huyen de la limpieza étnica en Myanmar, las autoridades bangladeshíes vienen presionando para que comiencen las repatriaciones. En los campos de acogida, las condiciones se deterioran rápidamente. Además, los abusos contra los derechos humanos cometidos por las fuerzas de seguridad, entre ellos desapariciones forzadas, homicidios extrajudiciales y tortura, siguen siendo generalizados en todo el país y se perpetran con total impunidad. Las autoridades reprimen de manera habitual a los defensores y defensoras de los derechos humanos y periodistas que denuncian estas violaciones de derechos humanos. En el marco del primer examen del país por el Comité contra la Tortura, realizado en 2019, Bangladesh negó las denuncias. En 2019, Odhikar, organización miembro de la red, y la OMCT publicaron un informe, titulado Cycle of Fear (“Espiral de temor”), sobre la impunidad de la tortura en Bangladesh. Al mismo tiempo, ambas organizaciones participaron en la presentación al Comité contra la Tortura de un informe alternativo conjunto de la sociedad civil sobre Bangladesh.