Son bien conocidas las trágicas imágenes que han recorrido el mundo entero a lo largo del último decenio mostrándonos personas migrantes que huyen de la tortura, los conflictos armados, la pobreza o la marginación.
Lo que no se conoce tanto es la tortura que suele acompañar los procesos migratorios, ya sea como causa básica de ellos o como uno de los peores crímenes de los que son víctimas estas personas durante su viaje. Una vez que encuentran seguridad, las personas migrantes sobrevivientes de tortura necesitan apoyo y tratamiento. Ambos son clave para la adopción de políticas de inclusión basadas en el respeto de los derechos humanos.
Asimismo, muchos aspectos de la tortura y los malos tratos que sufren particularmente las personas en movimiento en África, Latinoamérica y Asia, no están siendo suficientemente investigados ni documentados. En las denominadas “nuevas rutas migratorias”, la tortura es un fenómeno omnipresente. Sin embargo, su coste humano no se acaba de conocer o queda reducido a unas cuantas estadísticas, a imágenes virales esporádicas en las redes sociales o a noticias ocasionales en los medios de comunicación convencionales. Una vez que llegan a “países seguros”, estos hombres, mujeres, niñas y niños no reciben apoyo ni tienen acceso a tratamiento, están cada vez más expuestos a ser detenidos, e incluso pueden llegar a ser devueltos a situaciones de tortura.
Una de cada 30 personas del mundo es migrante.
Es por ello que la OMCT y su Red Global SOS-Tortura trabajan conjuntamente para proteger a las personas migrantes de la tortura. Llevan a cabo investigaciones detalladas y formulan recomendaciones que van más allá de las consecuencias humanitarias del desplazamiento forzado, con el fin de mejorar la protección de las personas migrantes contra la tortura y los malos tratos. De lo contrario, estas personas jamás estarán a salvo, ni en sus países, ni en los países de tránsito, ni en los de destino.
En 2019, la OMCT reunió a 12 personas pertenecientes a diversas organizaciones miembro o asociadas a la Red SOS-Tortura de África y el sur de Europa, que trabajan con personas migrantes que han sufrido tortura con el fin de crear un Grupo de Trabajo sobre Migración y Tortura. Actualmente, este Grupo de Trabajo está llevando a cabo una ambiciosa labor colectiva de investigación para documentar la tortura a lo largo de las rutas migratorias de África, dar voz a sus víctimas y elaborar estrategias de protección que podrían conformar las políticas de los Estados y fortalecer la función protectora de los órganos internacionales de derechos humanos.

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