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Vietnam ratificó la Convención contra la Tortura en 2015 pero tiene todavía un largo camino que recorrer para implementar las normas de derechos humanos. La tortura y los malos tratos son práctica generalizada, especialmente en las comisarías de policía, incluso a manos de profesionales de la medicina, y tienen por objeto obtener confesiones, lo que a veces es causa de muerte de la víctima. El país registra altos índices de muertes bajo custodia debido a la violencia policial. También se utiliza la privación de atención médica para obligar a presos y presas de conciencia, incluidos personas defensoras de derechos humanos, a “confesar” delitos que no han cometido.