Regístrese ahora
Suscríbase para recibir nuestras últimas noticias y alertas
A pesar de haber ratificado la Convención contra la Tortura en 2004, Mauritania tiene todavía que mejorar el respeto de sus compromisos internacionales y de la dignidad humana de la persona. La represión que se ejerce contra defensores y defensoras de los derechos humanos y blogueros y blogueras es una cuestión alarmante. Informes fidedignos muestran que muchas de estas personas, principalmente activistas contra la esclavitud, han sido detenidas arbitrariamente, sometidas a veces a tortura y procesadas por imprecisos cargos. En algunos casos, a pesar de haber cumplido ya sus condenas, están todavía sometidas por tiempo indefinido a detención administrativa por razones de seguridad, sin poder informar a sus familias del lugar donde se hallan recluidas. Asimismo, el Comité de Derechos Humanos ha expresado su preocupación por la persistencia de situaciones de esclavitud y por las dificultades que encuentran las víctimas de esta práctica cuando presentan denuncias para hacer valer sus derechos. Otro problema que afronta Mauritania son las alegaciones sobre el uso generalizado de la tortura –en particular en el momento de la detención, bajo custodia policial y durante los traslados–, que parece ser de naturaleza sistemática en el contexto de los delitos de terrorismo. Quienes se ocupan de las investigaciones no son capaces de llevarlas cabo de manera exhaustiva y suelen recurrir a los malos tratos para obtener confesiones. La OMCT trabaja junto las organizaciones locales miembros de su red SOS-Tortura para que se ponga fin a todas las formas de hostigamiento y represión contra activistas de los derechos humanos.