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India firmó la Convención contra la Tortura en octubre de 1997. Más de 20 años después y a pesar de los reiterados compromisos del gobierno, su ratificación sigue pendiente. Lejos de reducirse, la tortura es todavía una práctica común. La OMCT apoya a las organizaciones asociadas locales en su trabajo de documentación y promoción y figura entra las organizaciones creadoras de una Coalición contra la Tortura que pide la ratificación de la Convención y la aprobación de una ley nacional contra la tortura.
El entorno de trabajo de los defensores y defensoras de los derechos humanos se ha deteriorado considerablemente en los últimos años. Son sometidos de manera habitual y, en general, con total impunidad a ataques, detención arbitraria y hostigamiento judicial, en forma incluso de cargos de terrorismo. En particular se ataca a quienes defienden los derechos de las minorías y los grupos marginados, como las comunidades adivasi y dalit.