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Malasia es una de las pocas democracias que no han ratificado todavía la Convención contra la Tortura. Esta falta de compromiso internacional impide a Malasia proporcionar orientaciones válidas para la formulación de una política creíble de lucha contra la tortura y protección del Estado de derecho en el país. La legislación de seguridad para la prevención de terrorismo ha devenido en detenciones arbitrarias, tortura o abusos, e impunidad. Viola el derecho a un juicio justo, al menoscabar los principios del Estado de derecho y permitir la detención sin juicio por tiempo potencialmente indefinido. La OMCT y su red piden periódicamente a Malasia que ratifique la Convención contra la Tortura.