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Una década después del conflicto armado de 1998-1999, Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia. El estatus político de Kosovo es discutido por algunos Estados y, a pesar de su reconocimiento formal por parte de la mayoría de los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Unión Europea (UE), no puede ser parte de los convenios internacionales. Kosovo sigue lidiando con las secuelas del conflicto, durante el cual se perpetraron violaciones masivas de los derechos humanos. Las continuas disputas políticas con Serbia exacerban aún más las tensiones étnicas entre los albaneses kosovares, que son la mayoría, y los serbios kosovares. En noviembre de 2020, el presidente, Hashim Thaci, dimitió para enfrentarse a cargos de crímenes de guerra por su papel como líder guerrillero durante el conflicto. Las víctimas de graves violaciones de los derechos humanos aún enfrentan problemas, ya que los complicados procedimientos burocráticos dificultan enormemente, en la práctica, el acceso a las reparaciones y las indemnizaciones.
Las minorías étnicas, como los romaníes, los ashkalíes y las comunidades bosnio-egipcias, se enfrentan a una persistente marginación y discriminación que se traduce en malas condiciones de vida, desplazamientos y falta de acceso a la educación, el empleo y el apoyo social. Los sistemas judicial, legislativo y penal se encuentran en una fase temprana de desarrollo y siguen enfrentándose a problemas de inestabilidad, corrupción e ineficacia. Hay denuncias de malos tratos por parte de la policía durante las detenciones y, al parecer, una escasa protección de las garantías legales fundamentales.
Las condiciones de detención varían mucho a través de la región, y algunas instalaciones no cumplen con las normas internacionales. La violencia doméstica es un problema persistente que se ve agravado por la indulgencia que se muestra al momento de condenar a los autores y la escasa protección de las víctimas. El desarrollo de Kosovo cuenta con la ayuda de la misión de la UE en favor del Estado de Derecho, así como de la OTAN y la ONU.