Bolivia
04.12.15

Conozcan a Emma Bolshia: Ayuda a las víctimas a recuperarse del segundo trauma de la tortura, el silencio


4de diciembre, Cochabamba (Bolivia) - Latraumática experiencia de la tortura provoca un cuestionamiento profundo, casisiempre difícil de expresar, sobre el sentido de la vida.

Aveces las víctimas no tienen palabras para describir lo que pasaron. Sientenque les han destrozado la vida hasta tal punto que simplemente nadie lo podríaentender. Además, como se practica a puerta cerrada, la tortura esinvisible. Es ignorada por la ciencia, la justicia y la psicología. Estesilencio es precisamente lo que exacerba el sufrimiento de las víctimas.

Teniendo en cuenta la magnitud delos efectos psicológicos que provoca en la persona afectada y el miedo quecausa en una sociedad, el daño infligido por la tortura es irreparable. Aún mássi se tiene en cuenta que los traumas que produce se transmiten a las próximasgeneraciones. La importancia de la prevención es, pues, primordial,” explicaEmma Bolshia Bravo.

EnBolivia, la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes ­-especialmente los que han padecido sindicalistas, miembros de poblacionesindígenas, de comunidades desfavorecidas, campesinos, trabajadoras sexuales ypersonas LGBTI - se han practicado tanto durante dictaduras militares como bajogobiernos elegidos democráticamente, inclusive recientemente. Solamentealrededor de una cuarta parte de las víctimas que denunciaron actos deviolencia política o de vulneración de los derechos humanos, cometidos duranteel régimen militar autoritario entre 1964 y 1982, han obtenido justicia con elproceso de reparación que culminó en 2012, según informa Amnistía Internacional.

Emma Bolshia estudio psicología y pedagogía curativa y decidió comprometerse con lalucha contra la tortura y los malos tratos por varias razones: cuando supo queuna de las causas por la cual su padre había fallecido prematuramente a la edadde cincuenta años fue la tortura que sufrió por ser activistarevolucionario, cuando vio las secuelas que sufrían muchos luchadores/associales que habían vivido la prisión, la tortura y el exilio y que no contabancon servicios de rehabilitación.

Conoció la represión desde muy niña, por el compromiso político de suspadres. Ambos estuvieron en la cárcel. No quedó traumatizada, su madre leenseñó a desarrollar mecanismos de defensa. El golpe de estado de Banzer en Bolivia y elgolpe de Estado de Pinochet en Chile la obligaron a un exilio forzado, quequeda aún como un doloroso recuerdo.

Ahoraes la directora del Instituto de Terapia e Investigación sobre las secuelas dela tortura y la violencia estatal (ITEI), el único centro derehabilitación de Bolivia que se centra en las consecuencias biopsicológicas dela tortura, tanto en los individuos como en la sociedad.

Catorceaños después de su fundación, ITEI encabeza una coalición de nueveorganizaciones que luchan contra la tortura, y ha contribuido a sensibilizar ala sociedad en cuanto a las secuelas sociales y psicológicas de la tortura. Laactuación de ITEI consiguió que el gobierno boliviano ratificase el ProtocoloFacultativo a la Convención contra la Tortura en 2006.

Emma Bolshia se siente frustrada cuando las denuncias o los juicios que promueve no obtienenlos resultados esperados. Los problemas que tienen las víctimas, o que acabandesarrollando después de haber sido torturadas, tanto a nivel personal comosocial, son tan abrumadores que a veces se siente impotente. Combatir latortura es algo que debería concernir a la sociedad en su conjunto, paraconseguir algún resultado, y no debería recaer exclusivamente sobre lasorganizaciones de derechos humanos y de salud mental.

“Solo una acción masiva podrá erradicar esta práctica,” afirmaEmma, aduciendo que se requiere una amplia lucha social y cultural paradenunciar y erradicar la impunidad, así como para acabar con la ignorancia y laindiferencia de la opinión pública en general ante la tortura.

Latortura y la cultura del silencio y la violencia

La tortura crea en la sociedad sumisión, silencio y violencia en un estadodemocrático que tendría que estar basado en la libertad de expresión. La violencia estructural y la violencia ejercida por las fuerzas del ordenprovocan la reproducción de conductas violentas en la sociedad,”explica Emma Bolshia.

Esteciclo de violencia es patente en especial entre las poblaciones desfavorecidas,las regiones más aisladas y las comunidades rurales, que, al encontrarsedesprotegidos por la policía, se toman las tareas de seguridad y la justiciapor sus manos sin vacilar en aplicar el modelo represivo del que ellos mismosfueron víctimas. Según Emma, la única diferencia es que los agentes de la fuerzapública torturan impunemente y al amparo de la ley, mientras que los ciudadanosde a pie tienen más probabilidades de pagar sus crímenes con cárcel.



-Por Lori Brumat en Ginebra, traducido por Mercedes Conde

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