Arabia Saudí
13.10.22

Israa al-Ghomgham: amenaza de ejecución por defender los derechos de la comunidad minoritaria en Arabia Saudita

Descubra más sobre nuestra campaña #FacesOfHope

Sin previo aviso, el 6 de diciembre de 2015 fueron a por Israa al-Ghomgham. Se encontraba en Qatif, ciudad en la costa oriental de Arabia Saudita donde viven algunos de los defensores de derechos humanos más valientes del país. Para los miembros del Servicio Estatal de Inteligencia que sacaron a Israa y a su marido de su hogar a la fuerza esta sería solo una más de sus muchas redadas: la detención rutinaria de activistas que participaron en las protestas por el fin de la discriminación contra la minoría chií en Arabia Saudita.

Israa al-Ghomgham no sabría dónde la llevaban. Trasladaron a la joven pareja directamente a la prisión de al-Mabahith en Dammam, capital de la Provincia Oriental, una región petrolera. Esta cárcel forma parte de una red de instituciones penales controladas estrictamente y operadas por los servicios de seguridad sauditas; son cárceles diseñadas para albergar a terroristas, no a defensoras de derechos humanos no violentas como Israa.

Amenaza de ejecución

Se sabe poco de lo que le sucedió a Israa al-Ghomgham durante los 32 meses que pasaron hasta que compareció por primera vez en un juzgado. Sin duda, se le negó el acceso a asistencia jurídica en esos primeros momentos de privación de libertad e interrogatorios, y ella declaró que había sufrido malos tratos. Sin embargo, no se investigó ninguna de sus denuncias (en Arabia Saudita son comunes las denuncias de casos de tortura).

El 6 de agosto de 2018, Israa al-Ghomgham compareció en el célebre Juzgado Penal Especializado, un organismo creado para lidiar con casos de lucha contra el terrorismo. Se los acusó a ella, a su marido, Moussa al-Hashem, y a otros cuatro defensores de la población chií saudita. Israa subió al estrado sin representante legal, y la lista de acusaciones era larga: “participación en protestas”, “incitación a la protesta”, “intento de exaltar la opinión pública”, “grabación de protestas y publicación en redes sociales”, “apoyo moral proporcionado a participantes en disturbios” y “adhesión a una entidad terrorista cuyo objetivo es sembrar el caos y la inquietud en el Reino”.

La fiscalía solicitó la ejecución de los acusados, lo que convirtió a Israa al-Ghomgham en la primera activista saudita amenazada con decapitación por protestar pacíficamente.

La Primavera Árabe

La trayectoria de Israa al-Ghomgham fue larga hasta llegar a la pesadilla de la posible pena de muerte y su encarcelamiento desde su inicial participación como defensora de derechos humanos en la Primavera Árabe de 2011. Israa, como muchas personas oprimidas en la Provincia Oriental del país, creía que el descontento podría provocar un cambio: derechos civiles y políticos para toda la ciudadanía saudita, no solamente para la mayoría suní.

La discriminación contra la comunidad minoritaria chií de Arabia Saudita está más que documentada. La población chií está enormemente desfavorecida en los sistemas públicos de educación y justicia, así como en materia de oportunidades laborales y libertad religiosa.

Fue durante ese emocionante periodo de la Primavera Árabe cuando Israa al-Ghomgham conoció al que más adelante sería su marido. Ambos anhelaban un cambio pacífico y se mantuvieron obstinados en el camino de la protesta no violenta en reivindicación de una reforma.

Sin embargo, su activismo no pasó desapercibido. El enfoque implacable de Arabia Saudita ante cualquier persona considerada “disidente” pasó factura a Israa al-Ghomgham y Moussa al-Hashem en 2015 con su detención, privación de libertad y enjuiciamiento.

Condena

En 2018, después de la primera comparecencia de Israa al-Ghomgham en un juzgado, 18 expertos de la ONU que revisaron los casos de varias defensoras de derechos humanos privadas de libertad en Arabia Saudita expresaron una “grave preocupación” por Israa y declararon que las acusaciones en su contra parecían “carecer de base jurídica”.

En febrero de 2019, después de un gran revuelo interno, la fiscalía saudita retiró la solicitud de ejecución de Israa al-Ghomgham. Sin embargo, aunque ella ya no está amenazada de muerte, el Estado todavía podría ejecutar a su marido y a los demás acusados.

En febrero de 2021, tras más de cinco duros años de privación de libertad y con solo 32 años, Israa al-Ghomgham fue condenada a ocho años de cárcel. Después de su puesta en libertad tendrá prohibido viajar durante otros ocho años.

Así, Israa continúa encarcelada en la prisión de al-Mabahith, en Dammam, donde solo se le permite recibir una visita breve al mes.

¡Únete a nuestro llamado por la liberación de Israa al-Ghomgham!

Versión en árabe disponible aquí