Informe anual 2020
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Apoyo a las víctimas

En 2020, las medidas de confinamiento adoptadas para hacer frente a la pandemia de Covid-19 dificultaron el acceso a la asistencia para supervivientes de tortura. Las restricciones de viajes impidieron que las organizaciones miembros de la OMCT en el terreno pudiesen estar en contacto directo con los supervivientes y sus familias.

Aunque en 2020 no se redujo el número de solicitudes de asistencia por parte de víctimas de tortura, las restricciones vinculadas a la pandemia de Covid-19 (como los repetidos confinamientos) obligaron en ocasiones a quienes prestan asistencia a encontrar nuevas formas de trabajar. Este fue el caso de SANAD, el programa de la Oficina de la OMCT en Túnez, que, al igual que el Fondo para la Asistencia Urgente a las Víctimas de Tortura de la OMCT, proporciona distintas formas de asistencia jurídica, social, psicológica y médica a víctimas de manera gratuita. El equipo de SANAD, que trabaja directamente con supervivientes y con sus familias, tuvo que encontrar soluciones creativas para poder continuar haciendo frente a las necesidades de los beneficiarios, que no hicieron más que crecer en número, particularmente durante la segunda mitad del año.

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víctimas de tortura en ocho países diferentes recibieron en 2020 asistencia del Fondo de Asistencia Urgente

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nuevas víctimas de tortura recibieron en 2020 asistencia de SANAD Túnez (57 víctimas directas y 44 familiares)

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psicólogos especializados están trabajando con víctimas de tortura en Túnez

La imposibilidad de viajar al terreno durante los confinamientos obligó a SANAD a trabajar con los beneficiarios, las administraciones y los socios por teléfono y correo electrónico. Se organizaron grupos focales con beneficiarios en plataformas virtuales seguras, y SANAD logró asimismo acuerdos de reembolso con algunas farmacias para que los beneficiarios pudiesen obtener sus medicamentos directamente sin tener que abonarlos.

Pese a los retos, el equipo de SANAD pudo continuar prestando apoyo a las víctimas y a sus familias ayudando a conseguir plazas en colegios para sus hijos, proporcionando atención sanitaria o una vivienda de forma gratuita o ayudando a encontrar trabajo. Esta asistencia es incluso más necesaria si se tiene en cuenta que, tanto en Túnez como en otros lugares, muchas de las víctimas de violencia institucional provienen de entornos desfavorecidos.

Aunque lograr que se haga justicia es esencial para que quienes han sobrevivido a la tortura puedan reconstruir sus vidas, es extremadamente difícil, puesto que en la mayor parte de los casos los torturadores ostentan cargos públicos. Al ralentizar el trabajo de los tribunales, la pandemia ha agravado más si cabe la situación.

En Túnez, para hacer frente a las deficiencias del sistema judicial y garantizar asistencia jurídica de calidad para las víctimas, la OMCT creó en 2020 SANAD-Elhaq (“la ley” en árabe), que aúna al equipo de SANAD y a un equipo de 17 abogados. Esta nueva entidad ha realizado trabajo de litigio estratégico para poner fin a la detención arbitraria de migrantes y para impugnar las medidas de control administrativo impuestas arbitrariamente a ciertas personas.


Con su Fondo, la OMCT es actualmente la única ONG internacional de derechos humanos que brinda asistencia urgente directa y multidimensional a las víctimas de la tortura en cualquier parte del mundo.

Asimismo, SANAD-Elhaq ha desarrollado estrategias judiciales para superar los obstáculos a los que se enfrentan las víctimas de tortura y malos tratos en su búsqueda de la justicia.

La pandemia ha provocado un aumento significativo de las solicitudes de asistencia social, aún más necesaria habida cuenta de los muchos casos de violencia institucional contra grupos sociales desfavorecidos. Gracias al Fondo para la Asistencia Urgente a las Víctimas de Tortura, hemos podido apoyar a varios de nuestros socios locales y proporcionar asistencia a víctimas y familiares, por ejemplo en Filipinas y en Colombia.

Con este fondo, la OMCT es actualmente la única ONG internacional de derechos humanos que proporciona asistencia urgente directa y pluridimensional a víctimas de tortura en cualquier lugar del mundo.

  • En Colombia hemos ayudado a un total de 100 víctimas y familiares de víctimas de delitos cometidos por el Estado y de violencia sociopolítica. Estas personas, habitualmente madres, personas mayores, campesinos o personas desempleadas, viven en unas condiciones extremadamente precarias que se han visto agravadas por la crisis sanitaria y las medidas de confinamiento adoptadas en 2020. El apoyo de la OMCT les ha permitido comprar alimentos y cubrir sus necesidades básicas.
  • En Filipinas se prestó asistencia social a las familias de víctimas de las ejecuciones extrajudiciales cometidas en el marco de la “guerra contra las drogas” declarada por el presidente Duterte. En total, 179 personas, en su mayoría viudas y huérfanos, se beneficiaron de esta asistencia con la que pudieron satisfacer necesidades básicas durante el confinamiento impuesto por el gobierno.
  • En Burundi, cinco víctimas de violación recibieron asistencia social, médica y psicológica. Gracias al enfoque adoptado para aliviar el trauma físico y mental que supone una violación, las supervivientes fueron reintegrándose gradualmente en la sociedad. Todas las víctimas recibieron apoyo económico para abrir pequeños negocios con los que poder ganarse la vida y mantener a sus familias.

Apoye nuestro trabajo sobre apoyo a las victimas.

Burundi: Supervivientes de violación exigen justicia

Entrevista con Jeanne d'Arc Zaninyana - Secretaria General del Movimiento de Mujeres y Niñas por la Paz y la Seguridad en Burundi

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Nuestro trabajo con los sobrevivientes tunecinos

A Hatem, de 61 años, un ataque de la policía le dejó con la mandíbula rota y sin dientes. Gracias a SANAD, pudo operarse y acceder a una prótesis dental, obtener una tarjeta sanitaria gratuita y un subsidio permanente del Ministerio de Asuntos Sociales de Túnez.

La tortura le provocó a Leila, de 32 años, graves lesiones en la columna vertebral y un dolor de espalda incapacitante. El tratamiento hospitalario que recibió gracias a SANAD mejoró notablemente su salud.